miércoles, 3 de octubre de 2012

Christian Crawford ¿Prólogo?


     "Odio a las mujeres" pensó, bufando con fastidio. "Las odio" se reafirmó en su pensamiento negativo mientras miraba a su alrededor y levantando con ello por primera vez la vista de sus sobrinos.
       Gracias a esto, descubrió que una de las abundantes parejas que paseaba por Hyde Park aprovechando el buen tiempo y el descanso que la pluviosa primavera del año 1821 les había concedido, era la formada por Sarah Parker y Doble H.
       Atípica pareja que había contraído matrimonio el año anterior y que inmediatamente se habían convertido en padres de un niño. Niño que era con el que paseaban en el carrito ahora mismo.
       Aunque quiso evitar saludarlos (dado su enfado actual con ambos; especialmente con Sarah) no pudo evita hacerlo al final, ya que había sido descubierto.
       Por eso no le quedó más remedio que hacerlo con un gesto de la cabeza y elevando las cejas.
Sarah Parker...
       Se negaba a llamarla de otra manera que como la conoció y encontró. Incluso ahora que se había casado y por tanto había adoptado el apellido de su marido. Para él siempre sería la señorita Sarah Parker. Por muchos hijos que tuviera.
Y punto.

Sarah Parker...
      Otra de las mujeres que, como su cuñada Penélope Crawford, le había abandonado y dejando con ello al anteriormente equipo triangular de Christina Thousand Eyes en uno unipersonal. Consecuencia de estos abandonos en masa: apenas publicaba sus otrora esperados y deseados artículos de cotilleos en la sociedad.
No porque no sucedieran acontecimientos dignos de ser mencionados.
Al contrario: era porque no daba abasto para hacerlo.

Por eso odiaba a las mujeres en general y sobre todo a las de su entorno.
Siempre acababan por abandonarla.

Instintivamente volvió a mirar hacia sus sobrinos.
       Lo único que le proporcionaba algo de alegría y diversión en su oscura, aburrida, taciturna e irritable vida.
       Sobrinos de los cuales uno también era una mujer. Bueno no, aún no era una mujer, solo era una niña.Para su alivio.
       En realidad, dos de sus tres sobrinos actuales eran chicas. Lo cual, para alguien con un creciente "odio" hacia el sexo femenino era una burla continua del destino y un completo fracaso.
       Al menos, ahí estaba el pequeño John (futuro duque de Silversword) para dejar el pabellón masculino bien alto.

Le gustaba estar con sus sobrinos.
Le gustaba mucho.
Le encantaba.
Le devolvían a sus años de niñez.
Por eso aprovechaba todo el tiempo libre que tenía (que ahora era mucho, dado que tampoco tenía excesivo trabajo procedente de las matemáticas) para estar con ellos.
Incluso si por él hubiera sido, la pequeña Aurora también estaría en el parque.

Sin embargo, eso era un imposible.
¿Por qué?
Porque contaba con oposición a este respecto por todos los frentes.
- Para empezar, contaba con la oposición y rotunda negativa de la madre de la pequeña. Pequeña recién nacida de la cual no iba a despegarse en los próximos meses, dado el excesivo instinto sobreprotector de sus progenitores.
- Y por otra parte, contaba con una oposición casi tan rotunda por parte de sus hermanos mayores los mellizos. Especialmente de Amanda; quien parecía que era la que llevaba la voz cantante de los dos.
     
        Mellizos que, pese a que apenas tenían dos años y medio se consideraban ya lo suficiente adultos, mayores (y superiores)como para ir acompañados de un bebé.
Bebé que por otra parte les interrumpía sus actividades y travesuras cotidianas robándoles a ellos todo el protagonismo del que habían disfrutado porque según ellos solo sabía "comer, llorar y dormir".

       Con tanta negatividad a su alrededor en torno a este asunto, él como tío sin ningún tipo de autoridad y resistencia a las peticiones de sus sobrinos favoritos, se negó a llevársela con él.
Suspiró mirando nuevamente en su dirección y sonrió al descubrir que estaban corriendo lanzándose todos los palos y pequeñas ramas que encontraban a su paso.
Síntoma y señal clara de que estaban discutiendo (nuevamente).
            Por este motivo y antes de que llegaran a las manos (sobre todo Amanda, que tenía la mano muy suelta en este aspecto) se levantó y los separó, tomando a su sobrina en brazos.
Sobrina que, obviamente protestó airadamente dando gritos y alaridos como si la estuvieran torturando, exigiendo que la bajase de inmediato.
Caso omiso.
Al contrario.
Comenzó a contarle una historia porque sabía que eso calmaría y le bajaría los humos que ahora parecía tener. Hecho y acción que a su vez, provocaron el interés de su sobrino; quien también se acercó a él para escucharla.
Sentado bajo un árbol para cobijarlos del sol y con cada uno de sus sobrinos sentado en sus piernas se dio cuenta y descubrió absolutamente maravillado que sería un buen padre con sus hijos.
Hijos para lo cual era bastante necesario una madre.
Una madre.
Una mujer.
"¡No!" gritó mentalmente. "¡Una mujer no!" añadió.
- ¿Qué más? - le preguntó Amanda tirándole de la manga de la chaqueta y sacándole de su ensimismamiento.
Focalizando la mirada en su sobrina tomó una decisión vital permanente: sus sobrinas Amanda y Aurora (y las que viniesen en un futuro, si es que William y Penélope se decidían a traer más hijos al mundo) serían las únicas mujeres de su vida porque ellas no le abandonarían nunca.
Le querían demasiado como para hacerlo.
Estaban unidos por lazos sanguíneos. Y por tanto, lazos indestructibles.
"Al menos a priori" pensó la parte más negativa de su mente.
No.
Ellas no eran como el resto de mujeres.
Ellas no le abandonarían nunca.
"Espera a que sean presentadas en sociedad..." le advirtió esa misma zona mental.

5 comentarios:

  1. ¿No os parece que tiene buena pinta?
    Ay que ver lo que me quiero a mí misma por otro lado... porque a mí sí que me gusta...

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  2. Miss Missing say... Me ha hecho mucha gracia la rabia de este buen hombre hacia las mujeres, no se de donde sale tanta rabia, pq hasta ahora parecía llevarse muy bien con ellas... pero estoy deseando leer más para averiguarlo.
    Me encantan los Spoilers!! Como Lops y William sigan así, van a tener para formar un equipo de fútbol ellos solitos ajaj y también tengo muchas ganas de saber más de Doble H, que lo poco que poco que leí... me causó muy buena impresión, así que Chin... a escribir, que me tienes en ascuas :)
    Ah! Me ha hecho mucha gracia el nombre de Aurora, ha sido verlo y pensar en La Bella Durmiente XD

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    1. Pues no se llama Aurora por la bella durmiente, aunque podría ya que sería uno de los libros que Penélope seguramente se habría leído peero en esta ocasión se llama así por la hora del día en que nació.

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  3. Frase favorita de los esbozos de este libro:
    - ¿No eres virgen? - le preguntó Christian inmediatamente después de haberse acostado con ella. - ¡¿Cómo que no eres virgen?! - le preguntó bastante enfadado y deseoso por descubrir quién había sido su amante anterior (al que quería estrangular y matar lenta y dolorosamente; a ser posible con mucha sangre de por medio.
    - Es fácil, Christian - le respondió Eden. - Fácil y simple en realidad - añadió con satisfacción. - Soy guapa, inteligente y tengo veintinueve años ¿Cómo iba a serlo? - le preguntó, dando por finalizada esa conversación.

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  4. hola¿?¿?¿?¿? ai q gracia me ha hecho el prologo!!! esta genial chin queremos maaaas jooo y saber quien es doble h!!! xD

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